Las muy utilizadas pólizas de crédito
En nuestro post “el dinero ocioso” ya indicábamos el error, en el que incurren muchas empresas, de acudir a la banca en seguida que sienten el aguijoneo de la escasez de tesorería. Esta alternativa es mucho más atractiva y placentera que la lucha titánica de hurgar en todos los rincones de la organización y poner a trabajar el dinero ocioso que está durmiendo plácidamente. Esta es la conclusión a la que hemos llegado después de observar la actuación de innumerables empresas ante las tiranteces de la tesorería. Para más inri, varias de ellas se quejaban de las condiciones y exigencias de la banca, a las que describían como draconianas. Se lo habían buscado por no actuar con contundencia en el interior de su empresa.
Pero no vamos a insistir en este tema que ya quedó muy definido en el citado post. Comentemos hoy algunos aspectos relevantes de las pólizas de crédito, instrumento muy utilizado por las empresas que se endeudan.
La póliza consiste en un préstamo, con un vencimiento determinado y con disposición del capital prestado de acuerdo con las necesidades del cliente. Es decir, se toma el dinero cuando se necesita, y se devuelve cuando ya no se precisa. Podemos utilizar y amortizar el crédito según las necesidades que día a día tengamos. En principio, vemos que de esta forma sólo deberemos pagar intereses por la cantidad y el tiempo utilizado.
Los elementos más característicos de este instrumento financiero son:
- Límite o capital máximo disponible. Es el importe máximo del que podemos disponer.
- Vencimiento. La duración más normal es la de un año.
- Comisiones. Las dos más importantes son:
- De apertura: suele ser la más costosa. Como se trata de un préstamo, sólo que variable, representa un porcentaje sobre el total del límite de crédito que tengamos disponible. Pueden llegar hasta un 2,5 % sobre el total.
- De disponibilidad: es el coste que se paga por la parte del crédito que se ha contratado y finalmente no se ha utilizado. Suele ser un porcentaje pequeño que ronda el 0,1%.
- Intereses. No olvidemos que casi todos los bancos utilizan el tipo de interés como gancho para atraer la atención de potenciales clientes
- Por saldo dispuesto: es el que pagamos por el saldo medio dispuesto. Se calcula mediante el método hamburgués, procedimiento que considera cada operación en la póliza de crédito como una disposición o cancelación propia del préstamo.
- Por saldo no dispuesto: en algunas pólizas de crédito, se aplica también un tipo de interés a pagar por las cantidades de crédito que no hemos usado durante el periodo de liquidación de intereses.
- Por saldo excedido: En caso de que nos excedamos de la cantidad acordada hay que pagar un interés recargado, sobre la cantidad que nos hemos excedido. El tipo es bastante más elevado que el interés del capital dispuesto. Equivale a los intereses de demora.
Aparte de todo lo anterior, se puede incurrir en otros gastos de formalización, tales como la comisión de estudio, la intervención de notario, otros gastos asociados a los avales, hipotecas, pólizas de afianzamiento mercantil, etc.
Como Vd. puede deducir de todo lo anterior el coste financiero de este instrumento es importante. Por ello es muy conveniente hacer un buen uso del mismo. Se debe utilizar únicamente en cubrir las necesidades puntuales de tesorería. Pero la realidad es bien distinta ya que se emplea habitualmente y de una forma incorrecta para financiar partidas tales como:
- La compra de activos fijos (máquinas, vehículos, instalaciones, etc.).
- Los desfases de la tesorería, o flujos de caja negativos, permanentes.
- Los impagos de los clientes.
- Las pérdidas corporativas acumuladas.
Para estos últimos casos hay que recurrir al aumento de los fondos propios o a otro tipo de financiación fija, tales como los préstamos a largo plazo, el crowdfunding o el leasing, etc.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el exigible a corto plazo”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.