El dinero ocioso
A menudo observamos cómo las empresas acuden a la financiación bancaria cuando tienen o atisban una escasez de tesorería. Algunas son previsoras y solicitan el crédito con un margen holgado de tiempo. Otras, que no trabajan con unas buenas previsiones, se despiertan tarde, es decir cuando tienen el problema encima y así les va. En ambos casos se recurre a lo más fácil y a la vez más costoso: pedir el dinero al banco. Mientras que, en multitud de casos, ya se posee este dinero que se solicita pero está yaciendo completamente dormido en los más variopintos rincones de la compañía.
Se trata de un dinero, digamos entretenido que no aporta ningún beneficio, solo provoca un aumento del endeudamiento y de los gastos financieros. Su cuantía viene determinada por el grado de eficacia que se obtiene de la organización interna de la empresa. Veamos algunas fuentes de creación de dinero ocioso.
- El circuito del pedido.
Contra más se demore el servicio del pedido del cliente y su facturación, más dinero tendremos entretenido. Urge agilizar todos los componentes de este proceso, desde el comportamiento del vendedor, pasando por la administración, la producción, la logística y la propia facturación.
- El circuito de los cobros.
No sólo se deben cuidar los plazos de cobro otorgados a los clientes sino también la propia gestión de las irregularidades en el cobro, tales como de impagados, reposiciones vencidas, pagarés que no llegan, confirming que no “confirma”, etc. Agilidad y persistencia es lo importante. No retener las cosas y evitar que se eternicen y pudran en las carpetas y cajones de los empleados. Se precisa dar una solución inmediata a las anomalías y reclamaciones de los clientes y así agilizar los cobros.
- El circuito de los pagos.
Negociar bien con los proveedores y lograr plazos de financiación mejores de los que conceden a nuestra competencia. Pagar un solo día al mes. Que el crédito se calcule desde el día de la recepción de la mercancía o servicio. Valorar las ventajas de utilización del pagaré o el confirming como medio de pago. Descontar los abonos o saldos deudores en el primer pago. Estudiar la rentabilidad y la viabilidad del pronto pago para la empresa.
- El circuito de los stocks.
Las defectuosas previsiones de ventas, las coberturas excesivas, la utilización de modelos obsoletos para calcular los pedidos de compra, la tolerancia hacia proveedores totalmente irregulares y no confiables, y un largo etc., hace que existan productos que están durmiendo en nuestros almacenes. Otros sufren una muy lenta realización. Parece que a menudo nos olvidamos que se trata de dinero, de ese dinero del que tanto precisamos. Si no hubiéramos comprado, fabricado y pagado este stock durmiente, ahora las necesidades de tesorería serían otras mucho más reducidas. O quizás dispondríamos de superávits.
En la empresa hay mucho camino por recorrer para alcanzar este objetivo de no depender de la banca, de no dejarnos llevar por esta ignominiosa actitud de pedir un dinero necesario cuando éste existe en la propia compañía, pero se debe trabajar duro para que aparezca donde debiera estar, en los saldo de la tesorería.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el disponible”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.