Habilidades financieras mínimas de todo emprendedor
La viabilidad de un nuevo negocio dependerá de muchos factores, y uno clave es contar con una visión económica y financiera global del proyecto. Las personas que crean empresas, los emprendedores, necesitan del doble factor ilusión y realidad. Ilusión para crear y ambicionar, y realidad para mostrar de una forma objetiva y fluida el soporte sólido idóneo para esta ilusión. Una buena formación en los conceptos básicos de economía de empresa permitirá ser consciente de la traducción en números del proyecto empresarial.
A grandes rasgos, las habilidades financieras que un emprendedor deberá tener son: pensamiento analítico, planificación, conocimiento del sistema financiador, capacidad para poder explicar los números, conocimientos básicos sobre finanzas empresariales y dominio de alguna herramienta digital que permita facilitar las tareas económicas y financieras de la compañía.
En las fases iniciales de los proyectos de empresa el documento más importante es el llamado plan de tesorería, la caja, dejando en un segundo término los resultados, los beneficios. La muerte empresarial más dura es cerrar la empresa sin saber si el mercado hubiese aceptado el producto o no.
El pensamiento analítico y la capacidad comunicativa para explicar los números ante posibles financiadores son esenciales para dar sentido y credibilidad a todo plan de empresa. Un buen plan financiero que refleje la previsión del que se supone que va a ser el negocio a tres años, con diferentes escenarios, con humildad y rigurosidad, ayuda a situarse y valorar la solvencia competencial de la persona emprendedora.
Antes de pedir dinero a extraños, mejor crear el primer club de fans que aportarán al proyecto de forma incondicional. A estos fans se les agrupa en las 3F (family, friends and fools), que no tienen por qué ser amigos. Pueden ser personas que no busquen tanto un retorno o rentabilidad, pero que quieran implicarse en el proyecto por un cierto sentido de pertenencia, rozando un punto casi de romanticismo por la nueva andadura.
Si la ambición del proyecto lo pide, se puede recurrir a inversores privados ya sean en formato individual o persona física, los business angels, o estructurados en un fondo de join venture (venture capital), capital riesgo. Los recursos financieros privados provenientes de business angels o de venture capital son muy exigentes. Quizás los primeros pueden considerarse más “ángeles” pero no hay que olvidar que si apuestan por un proyecto es para recibir un retorno y en este tipo de inversiones no hay garantías. En el semáforo de riesgos de los productos financieros del 1 (mínimo riesgo) al 6 (máximo riesgo), estas inversiones son 6.
Estar familiarizado con las distintas posibilidades y productos, sean bancarios o a través de optar a productos o subvenciones públicas, es una necesidad que debe dominar toda persona emprendedora para promover proyectos con mayores garantías.
Es aconsejable conocer dos instrumentos que llevan décadas inyectando dinero en empresas innovadoras en sentido amplio y en empresas de base tecnológica. Se trata de la Empresa Nacional de Innovación, S.A. (ENISA) y el Centro Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Estas dos entidades dependen de ministerios del Gobierno de España y son clásicos en el sistema público de financiación sin garantías o parcialmente subvencionada.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el emprendedor” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.
P.S.: Este post esta relacionado con el publicado Se necesita dinero para emprender.