Los fallos éticos son la primera causa de despido de los CEOs
Es más frecuente, hoy en día, que el consejero delegado coja la puerta y se vaya por comportamientos éticamente inapropiados, que por cuestiones relativas a los resultados financieros de la compañía. Es uno de los resultados sorprendentes que emergen de un estudio presentado por la consultora PWC tras analizar los datos de los primeros ejecutivos de las 2.500 mayores empresas cotizadas del mundo.
El 39 % de los consejeros delegados que fueron obligados a dimitir lo hicieron por cuestiones éticas. A saber: escándalos como conducta impropia, fraude, corrupción, información privilegiada, desastres medioambientales, mentiras en el currículum, molestias sexuales, etc. Existe un considerable aumento en este tipo de despidos que refleja varias tendencias como son: una intervención más agresiva de las autoridades regulatorias y policiales, nuevas presiones para la rendición de cuentas sobre el acoso y la agresión sexual y la creciente propensión de las juntas directivas a adoptar una postura de tolerancia “cero” hacia la mala conducta de los ejecutivos.
Si se examinan los porcentajes históricos, hace una década los relevos forzados por cuestiones éticas representaban únicamente el 10 % sobre el total. Desde entonces la casuística se ha multiplicado por cuatro. En la actualidad, como ya hemos comentado, el tema del comportamiento y prácticas incorrectas de los ejecutivos como motivo del despido forzoso supera el de los malos resultados económicos de la compañía.
Todos recordamos varios casos de relevo polémico en las multinacionales: Carlos Ghosn, de Nissan, al que se le acusó de fraude y otros delitos; el todopoderoso Martin Sorrell, del gigante de la publicidad WPP, que abandonó el cargo por conducta inapropiada y tras una investigación por malversación; Leslie Monves que dejó la CBS tras la acusación de molestias sexuales; Brian Krzanich que puso fin a su experiencia en Intel tras reconocer una relación con una empleada.
Esta tendencia al despido por fallos éticos también nos indica que los consejos de administración que son los que toman las decisiones referentes a la destitución, están compuestos por personas cada vez más preparadas e independientes. Posiblemente seguiremos viendo más casos, porque la legislación y la regulación actual sigue siendo insuficiente para detectar abusos: la tecnología va muy por delante.
Del citado informe de PWC se desprende que los CEOs que toman decisiones que perjudican la empresa se ven obligados a dejarla, más allá de cualquier tipo de consideración sentimental. Esto tiene que ver con el hecho de que los accionistas tienen menos paciencia, son más exigentes y miran el corto plazo. Por otro lado, los ejecutivos hoy tienen muchas presiones que antaño, tanto a nivel regulatorio, geopolítico, digital y de rentabilidad. Esto también obliga a acelerar el ritmo de relevo de estos altos cargos.
Por otro lado, el informe de PWC ha detectado que los consejeros delegados que llevan más tiempo en el cargo obtienen mejores resultados que los que permanecen menos tiempo. El retorno total al accionista fue, en el caso de los longevos, del 5,7 %, en contra del 2,5 % de aquellos que estuvieron menos de 10 años liderando sus compañías. Pero se va en otra dirección: los consejos de administración tienen prisa. Los fallos éticos, ahora no se perdonan. O se perdonan menos.
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Feliz semana a tod@s.