¿Veremos en España de forma generalizada la jornada de cuatro días?
El libro “Friday is the new Saturday”, del economista Pedro Gomes, de la Universidad de Londres, aborda la jornada de cuatro días desde la óptica de la rentabilidad económica y de las ventajas que tendría apostar por esta nueva forma de trabajar que conlleva un importante cambio cultural y que afecta a múltiples dimensiones (económica, laboral y social).
Nosotros creemos que la jornada de cuatro días, bien implantada, ligada a un sistema de dirección por objetivos (DPO), testando los resultados, fijando KPIs y con un estilo de liderazgo adecuado es viable. Es más, a medio-largo plazo puede dar excelentes resultados y no solo en términos de productividad, sino también en otros factores que operan en el ámbito de la dirección estratégica de personas como atracción y fidelización del talento, mejora sustancial del clima laboral, menor índice de absentismo, employer branding y como una palanca más para favorecer la conciliación de la vida personal, familiar y laboral.
Ahora bien, hay que conocer muy bien el punto de partida que tenemos en España. Y en este sentido, hay una serie de frenos que dificultan mucho que podamos ver a corto plazo la jornada de cuatro días de manera generalizada, como la falta de estilo de liderazgo adecuado, un presentismo aún muy arraigado y falta de políticas adecuadas de dirección estratégica de las personas.
La jornada de cuatro días, sin reducción de sueldo, no es una utopía en España, pero hay que ser realistas y, hoy en día, es difícil pensar que a corto plazo vayamos a ver la jornada de cuatro días como algo generalizado. Crear una burbuja o unas falsas expectativas por irreales nos puede llevar a lo mismo que sucedió con el famoso “el teletrabajo ha llegado para quedarse” durante la pandemia: a darnos de bruces con la realidad, a resultar ser un fiasco.
Hay que cambiar de mentalidad. Es un tema cultural en las organizaciones españolas. Se trata de trabajar mejor y de centrarse en aumentar el rendimiento y la productividad los cuatro días que se trabaje. Y esto requiere un análisis y un planteamiento de medidas como formación en gestión del tiempo, competencias digitales de las personas trabajadoras, combinar la jornada de cuatro días con formas de trabajo naturales en las organizaciones del siglo XXI como los modelos híbridos, el teletrabajo y el presencial, en los puestos donde sea factible. También, analizar los malgastadores del tiempo, la eficiencia de las reuniones, el establecimiento de KPIs, la medición de los resultados, etc.
Y por supuesto, es fundamental contar con expertos de distintos ámbitos como normativa laboral, economistas, dirección estratégica de las personas, etc., para analizar de una manera seria, rigurosa y desde una perspectiva multidisciplinar la viabilidad y el impacto de la jornada de cuatro días, los frenos para su implantación y cómo solucionarlos.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el personal” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.