Pautas para reducir el estrés laboral

15 enero, 2022 0 Por JLHA

Una de las situaciones más extendidas en todos los ámbitos laborales que terminan produciendo más horas perdidas por baja laboral es el estrés. El estrés puede afectar a cualquiera. Según datos de Eurostat, el estrés es el segundo problema de salud más frecuente entre los trabajadores tras los trastornos musculoesqueléticos.

El estrés laboral es la respuesta, física y emocional, a un desequilibrio entre las exigencias del trabajo y la capacidad de una persona para hacer frente a dichas exigencias. Esta respuesta tiene efectos sobre la salud, tanto física como mental, pero también sobre cómo se realiza el trabajo y, por tanto, sobre el absentismo, el rendimiento y la productividad.

A nivel emocional se pueden producir dificultades para mantener la concentración, falta de motivación y de ánimo, vacilación ante cualquier decisión, etc. Todo ello, a la postre, nos puede generar ansiedad, irritabilidad, falta de paciencia, y cambios bruscos de ánimo y de humor.

Por lo que respecta al ámbito físico, una situación de estrés puede llevarnos a tener la sensación de cansancio, fatiga o falta de energía, dolores de cabeza, tensiones musculares y falta de sueño o somnolencia.

Primero debemos identificar que estamos estresados y cuáles son los motivos que nos han llevado a esta situación. En este momento ya estamos en disposición de poner los medios para revertir el problema. A continuación, explicamos unas pautas para mejorar la situación.

Planificar el trabajo. Es muy importante. Si nos organizamos bien evitamos caer en la improvisación. Saber cómo, cuándo y en qué empleamos nuestro tiempo nos ayudará en el día a día. Ahora existen multitud de aplicaciones y herramientas dedicadas a administrar y gestionar nuestro tiempo.

Marcar objetivos claros y realistas. No pretendamos levantar un rascacielos en día y medio. Saber qué queremos conseguir es importante y marcarnos retos entra dentro de organizar nuestro trabajo. Sin embargo, las metas tienen que ser realistas y alcanzables. Su logro nos proporcionará satisfacción.

Hay que aprender a desconectar. Es obvio, pero suele ser algo que implica más dificultad de lo esperado. Caminar, ir a por un vaso de agua o mantener una breve charla con un compañero brinda un descanso a nuestra mente. Estos parones, en su justa medida, pueden permitirnos rendir mejor.

No pasa nada por decir “No”. En ocasiones puede resultar incómodo decir “no” a nuestro jefe, pero una negativa a tiempo y justificada nos puede permitir aliviar el volumen de trabajo. Cuanto más abarcamos, más grandes son las posibilidades de no llegar a todo y sentirnos insatisfechos o frustrados por ello.

Tenemos que saber delegar. No podemos hacernos cargo de todas aquellas labores que hay que desarrollar en nuestra organización. Entender esto nos va a reportar beneficios tanto personales como colectivos. Debemos confiar en las capacidades de nuestro equipo para delegar cometidos que ahora estamos ejecutando nosotros mismos.

Hay que decir las cosas. Es importante tener la capacidad de explicar cómo nos sentimos y qué nos incomoda. Cuando algo nos molesta podemos terminar distrayéndonos o, lo que es peor, enfadándonos. Esto afecta a muestro rendimiento. Debemos trasladar, amablemente, nuestro malestar a los compañeros.

Tenemos que descansar lo suficiente. Descansar cuando estamos fuera de nuestro horario laboral, entender cuáles son nuestros momentos de libertad y dormir las horas necesarias harán posible que rindamos durante nuestra próxima jornada laboral.

En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el personal”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.

Feliz semana a tod@s.