La lealtad profesional: ¿está obsoleta?

La lealtad profesional: ¿está obsoleta?

14 junio, 2025 0 Por JLHA

Entre las múltiples aportaciones intelectuales del político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, que siempre se mostró un firme defensor del principio de lealtad, cabe destacar la frase tan contundente como: “Ser leal no significa no decirle a tu jefe lo que haya que decirle. Ser leal significa que, cuando la organización ha tomado una decisión, hay que trabajar todos conjuntamente y en la misma dirección”.

Para ilustrarlo, Rubalcaba utilizaba la historia de un conocido futbolista español, que decidió dejar su equipo el día que le sentaron en el banquillo y se dio cuenta de que ya no le importaba quién ganara el partido. “Si dejas de identificarte con el éxito de tu organización, o incluso deseas íntimamente su fracaso, ha llegado el momento de replantearte tu futuro profesional”, aseguraba el exministro.

La lealtad en el ámbito laboral es una realidad de carácter recíproco, ya que los trabajadores que se muestran más comprometidos con su empresa son aquellos que, a la vez, perciben una apuesta nítida de la organización hacia su persona. Además, el beneficio de la lealtad también es bidireccional, ya que varios estudios demuestran que no solo favorece el desempeño colectivo, sino que también incrementa las posibilidades de promoción y crecimiento individual.

El problema, tal y como demuestran las investigaciones del profesor Matthew Bidwell, es que la relación entre las empresas y los trabajadores se está debilitando a marchas forzadas. “Hay menos compromiso porque ya no existe la sensación de que la empresa te va a cuidar como en el pasado. Esto provoca que la lealtad se dirija más hacía la profesión que hacía la empresa”, asegura el académico.

De hecho, según los datos del informe elaborado por la consultora Michael Page, el 55% de los trabajadores españoles está buscando de forma activa un nuevo empleo. Sin embargo, el mismo estudio identifica las tres variables que más incidencia tienen en la fidelización del talento: flexibilidad, salario y carrera profesional. Por tanto, las organizaciones que ambicionen el compromiso de su gente harían bien en evaluar y fortalecer estos pilares.

Asimismo, es importante crear espacios efectivos de participación y debate, donde se puedan intercambiar opiniones y contraponer ideas. Porque la lealtad también se consigue a base de escucha activa y consenso, evitando que los empleados tengan que buscar canales alternativos (y pocas veces constructivos) para expresar su disconformidad.

El profesor Bidwell asegura que la lealtad profesional es un concepto que se está quedando obsoleto. Y probablemente tenga razón. Pero si la alternativa pasa por generalizar las dinámicas “perder-perder”, en las que una amalgama de intereses individuales acaba penalizando el progreso conjunto, quizás deberíamos recuperar algunas reflexiones de Alfredo Pérez-Rubalcaba.

En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el personal” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.

Feliz semana a tod@s.