Algunas “perlas” de fraudes contables (y III)

Algunas “perlas” de fraudes contables (y III)

15 marzo, 2025 0 Por JLHA

Una señal de alerta es como una bandera roja que avisa que hay que ir con prevención. Según la importancia de la señal, consideraremos que se trata de una empresa en la que hay que investigar a fondo ante la elevada probabilidad de que se cometa o se haya cometido algún tipo de fraude contable.

Las señales de alerta más claras están en las cuentas contables. No obstante, también las hay relacionadas con las personas y con indicadores no financieros, que son muy útiles para detectar engaños contables. A pesar de la existencia de las señales de alerta, hay que reconocer que en la práctica no es fácil detectar los engaños. Gran parte de éstos se descubren por denuncias anónimas o por casualidad. Según un informe de ACFE el 42 % de los fraudes se descubren tras producirse un chivatazo, sobre todo de empleados, clientes o personas anónimas. El 16 % los descubren los controles de la dirección, el 14 % la auditoría interna, el 3 % la auditoría externa y el restante 25 % se conocen por casualidad.

Nos ceñiremos únicamente a las señales de alerta de las personas. Antes de que se produzca el fraude aparecen algunas que pueden avisarnos con antelación:

  • Personas que necesitan más dinero porque tienen unas dependencias importantes como las drogas, el juego, el alcohol, el sexo, etc.
  • Personas que quieren cobrar bonus con objetivos muy agresivos.
  • Directivos que tienen unas relaciones muy estrechas o conflictos de intereses con proveedores o clientes de la compañía.
  • Personas con antigüedad en la empresa que despiertan mucha confianza lo que explica que asuman muchas responsabilidades y tengan menos controles. Ello es extensible a los familiares de los propietarios.
  • Personas que se consideran mal pagadas por el nivel de responsabilidad que tienen o que están
  • Empleados y directivos con historia de fraudes anteriores en empresas en las que han trabajado anteriormente.
  • Líderes muy egocéntricos, autoritarios, agresivos, y sin escrúpulos que suscitan comportamientos poco éticos de sus empleados para complacerles.

Una vez que se ha producido el fraude suceden una serie de señales como las que siguen:

  • Directivos y empleados que llevan estilos de vida con muchos lujos que no cuadran con su nivel de ingresos.
  • Personas que experimentan cambios significativos de hábitos, como el cambio de vivienda, coches nuevos y lujosos, ropa costosa, joyas, vacaciones de lujo, etc.
  • Empleados que no hacen vacaciones. Puede ser un indicio de que no quieren que otras personas hagan operaciones que hacen ellos o que descubran fraudes.
  • Directivos clave abandonan la empresa sin que estén claros los motivos.
  • Resistencia a dar información o respuestas con evasivas o mentiras a preguntas concretas relacionadas con sus responsabilidades.

Es sorprendente la gran cantidad de empresarios exitosos que acaban en la cárcel. Algunos de ellos fueron galardonados como empresarios modelo o del año y poco después se descubrieron delitos y engaños contables. Fueron condenados con penas de cárcel. Recordemos entre otros a: Juan Vila Reyes, José María Ruiz Mateos, Higinio Torras Majen, Mario Conde, Javier de la Rosa, Gerardo Díaz Ferrán, José Mestre, etc.

Veamos el modelo común de evolución que han seguido estos personajes, según O. Amat:

  • Al principio el empresario consigue con mucho esfuerzo crear una empresa innovadora y de alto rendimiento.
  • Poco después es un empresario muy reconocido que recibe todo tipo de elogios y galardones.
  • Son personas con tendencia al egocentrismo y al exceso de exposición a los medios de comunicación.
  • Muchos políticos quieren estar cerca de ellos, y viceversa.
  • El éxito emborracha. Exceso de diversificación y adquisiciones de empresas que son ruinosas o que se dedican a negocios que no saben gestionar.
  • Cuando aparecen los primeros resultados negativos, en lugar de reconocerlos y tomar medidas, se opta por maquillar las cuentas.
  • Aumenta la operativa con paraísos fiscales y el empresario roba dinero de las empresas.
  • Aumentan las pérdidas y el endeudamiento.
  • Miembros del Consejo o accionistas bien informados venden sus acciones antes de que se desplomen.
  • Estalla el escándalo a raíz de la confesión de algún empleado o al suspender los pagos de determinadas deudas.
  • Proceso judicial que acaba en bancarrota, cárcel y multas.

En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “la organización contable” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.

Feliz semana a tod@s.