¿Renunciar al actual empleo?
El descontento en el trabajo aumenta. Muchas personas se replantean su trabajo y el peso que tiene en su vida. Pero antes de renunciar al actual puesto de trabajo, hay que meditar: es una decisión que puede perseguir en el futuro, más allá de lo que se cree. Tanto por la pérdida de derechos como no encontrar un trabajo adecuado o que perjudique a la hora de buscar un empleo. La solución pasa por un adiós amistoso. La vida da muchas vueltas.
Plantearse la renuncia puede venir por causas diversas. Desde el estrés por la sobrecarga de trabajo o nivel de exigencia, una mala relación con el jefe, o un replanteamiento de las prioridades vitales. Está tomando mucha fuerza querer una mayor autonomía y flexibilidad de horarios. Si no se tiene, crece el descontento que puede llevar a buscar salir, dependiendo de la edad, momento vital horizonte temporal y cargas familiares y económicas. Pero una cosa es pensarlo y otra hacerlo. Algunos estudios recientes señalan que un 25 % de empleados piensa en renunciar, pero la cifra que toma esta decisión es mucho menor.
¿Cómo debe ser la salida si se quiere otro empleo? El ideal pasa por avisar con tiempo, dar margen para encontrar un sustituto y estar presente para el traspaso de funciones y responsabilidades. Las salidas deben ser correctas, adecuadas y dejando la puerta abierta. Por encima de todo hay que valorar si merece la pena renunciar por la pérdida de derechos que apareja y por el riesgo de disponer de un nuevo trabajo atractivo. De ahí que se aconseje irse con otro trabajo que sea atractivo y esté debidamente atado.
Si se abandona un trabajo de forma voluntaria, no se puede percibir la prestación por desempleo y se renuncia a la indemnización. Para poder cobrar el desempleo es necesario que la baja en el trabajo no se haya producido de forma voluntaria, aunque existen algunas excepciones tipificadas.
Para no quedarse sin paro, algunos negocian con la empresa vestir su marcha como un despido. Mala idea. Pactar el despido es un fraude. El SEPE puede no reconocer el derecho al desempleo y ser sancionados tanto trabajador como la empresa. Tampoco conviene la renuncia silenciosa, el limitarse a cumplir horas y funciones sin el mayor esfuerzo. Puede llevar al despido disciplinario que tiene paro, pero la indemnización depende de si el juez valora el despido procedente o improcedente.
Todos pierden con la salida abrupta. El trabajador debe poner empatía, elegancia. Para la empresa una alta rotación no es buena, es empezar de cero.
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Feliz semana a tod@s.