Dos almas gemelas: la soberbia y la incompetencia
Bill Gates ha reconocido, en varias ocasiones, que el principal error en su carrera fue no saber competir con Apple en la telefonía móvil. No es ningún secreto que el Windows Phone pasó por el mercado sin pena ni gloria. Pero las causas de este sonado fracaso están en la figura de Steve Ballmer, el CEO que tenía Microsoft a principios de este siglo. Este sujeto era ampliamente conocido por su alto nivel de soberbia, hasta el punto de burlarse públicamente de la presentación del primer iPhone, asegurando que nadie querría un teléfono tan caro y sin teclado. Aquí empezó su particular camino hacia el abismo, completamente solo. No consiguió la complicidad de las compañías operadores, ni de los fabricantes de teléfonos, ni tan siquiera de los desarrolladores de aplicaciones.
La vanidad de Steve Ballmer fue la antesala del mayor fracaso de Microsoft. Es una historia que no tiene un carácter excepcional, sino que se repite con demasiada frecuencia en todo tipo de empresas.
El psicólogo David Dunning decidió iniciar un estudio para determinar si existía algún tipo de relación entre la inmodestia y la incompetencia. Preparó una serie de pruebas para los estudiantes de la Universidad de Cornell. Los resultados fueron concluyentes: los alumnos con peores notas eran los que creían estar entre los mejor valorados, frente a los estudiantes más brillantes que tenían una clara tendencia a infravalorarse.
Esta teoría ayuda a entender que los sujetos más incompetentes sobrevaloran su propia capacidad, al mismo tiempo, que no saben reconocer las capacidades de los demás.
Esta teoría es una alerta del peligro de rodearse de personas demasiado engreídas. La duda motiva el aprendizaje y permite avanzar, mientras que la seguridad ilusoria frena el conocimiento y genera inmovilismo. Hay que apostar por personas humildes que se hacen preguntas y demuestran inquietud intelectual, porque las que sólo ofrecen respuestas categóricas empobrecen la innovación. José Luis Borges ya lo decía: “dudar es el sinónimo más cercano a la sabiduría”.
Andémonos con cuidado en los procesos de selección. Huyamos de aquellos postulados de RRHH que animaban a presentarse a las entrevistas de trabajo simulando una gran seguridad, siendo lo más asertivo posible y sin dejar entrever ni una pizca de nervios.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el personal”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.
Totalmente de acuerdo.
Muchas veces nos encontramos con personas que sobrevaloran sus capacidades y llevan al fracaso a un equipo o proyecto.
Muchas gracias por tu aportación.
Es muy cierta tu observación. Duele contemplar como fracasan empresas por la soberbia de determinados directivos.
Saludos cordiales.