¿Nos estamos preparando para el futuro?
Según Oxford Economics, el 47% de los trabajos actuales desaparecerá en los próximos diez años. Por otro lado, según los pronósticos del Foro Económico Mundial, el 54% de todos los empleados deberán adquirir nuevas habilidades y conocimientos, o mejorar las que ya tienen, en los próximos tres años. Nos estamos encontrando en que los avances tecnológicos van a una velocidad de crucero muy superior a la que vamos las personas, las empresas y las organizaciones estatales. Esto provoca correr el riesgo de que los conocimientos y las habilidades que tenemos hoy no nos sirvan para los próximos años.
Esta situación futura, que tendrá un impacto relevante, afecta mucho a los empleados, pero también a las empresas. La historia nos demuestra que las compañías que no estén preparadas para detectar los cambios tecnológicos según van llegando, ni tampoco para aplicarlos con éxito, sucumbirán ante el empuje de los competidores que han sabido sacar provecho de esta realidad. Se crearán oportunidades en nuevos productos o servicios, en distintas formas de hacer negocios, en sensibles bajadas de los costes, en ganar en eficiencia, en nuevos mercados y en un largo etcétera. La empresa debe estar ojo avizor para aprovecharse a la primera anticipándose a su propia competencia. Las empresas digitales ya están invirtiendo más, especialmente en activos intangibles, e innovan más que las empresas no digitales.
Se suele caer en la tentación de pensar en lo mal que lo van a pasar los empleados. Hay gente que intuye el desastre venidero e intenta cubrirse buscando un refugio seguro. Veamos un ejemplo: en octubre pasado se convocaron oposiciones para cubrir 8.102 plazas para los cuerpos generales de la Administración General del Estado, y se presentaron 118.625 personas para opositar. Sólo el 6,83% de los aspirantes conseguirá hacerse con uno de los puestos de trabajo disponibles.
A la vez que, como hemos dicho, van a desaparecer puestos de trabajo, también aparecerán nuevos. Randstad opina que España tiene potencial para crear 1,25 millones de empleos netos. Los trabajos de calificación media pierden valor, o van desapareciendo, mientras que aumenta la demanda de puestos de trabajo altamente calificados, normalmente vinculados a las tecnologías digitales. El problema reside en que a las empresas les cuesta encontrar personas con talento y con preparación suficiente y, cuando las halla, les resulta muy difícil retenerlas.
Los expertos indican que en el futuro mercado laboral ganarán protagonismo los empleos relacionados con carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. Bien puede ser para asentar las bases del conocimiento, pero existe un tema que no se puede olvidar y es el de la formación continua a medida que transcurre el tiempo. Esta la debe facilitar la empresa que debe conocer sus propias necesidades y las posibilidades que tienen sus empleados en satisfacerlas. La empresa no se puede permitir el lujo de continuar disponiendo de trabajadores super especializados, tal y como en el siglo XVIII recomendaron los Padres de la Economía, y cuando esta especialización ya no es necesaria, el trabajador se convierte en un estorbo inservible para la empresa. Tampoco se puede ofrecer una formación que resida en conceptos teóricos y no se traduzca en que el empleado sea capaz de asumir con éxito los nuevos retos laborales que se le presentan. Si no es así la empresa perderá el tiempo y el dinero y se sumirá al empleado a una situación frustrante.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “la organización general de la empresa”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.