El miedo al paro
Hace un tiempo varios rotativos especializados en temas económicos se hacían eco de un informe elaborado por Nielsen Online. El mismo indicaba que, en España, tres millones de trabajadores, que estaban en activo, dedicaban parte de su jornada laboral a buscar otro empleo en internet.
Esta información nos desconcertó. Ya sabemos que siempre han existido, y continuarán existiendo, trabajadores “infieles” que utilizan el tiempo que les paga la empresa para arreglar sus asuntos particulares. El número de ellos fue lo que nos desconcertó. Más de un 15 % de las personas que está trabajando están insatisfechas de su actual puesto de trabajo, o siente un miedo atroz a perderlo.
Los empleados están viendo cada día cómo las compañías despiden a personas con varios años de dedicación, de entusiasmo y de fidelidad, sin que esta forma de comportarse haya servido, en absoluto, para variar o matizar la decisión de despido. Por otro lado, también cada día están viendo a empresas, algunas de las cuales aparentaban estar muy bien asentadas, cómo cierran sus puertas y sus trabajadores se van a la calle.
No podemos olvidar la existencia de algo más de tres millones de personas paradas y todos conocemos a familias en las que varios de sus miembros están pasando por este difícil y doloroso trance. La zozobra de pensar cuál será el futuro de su actual puesto de trabajo y el temor porque acaezca lo irremediable, absorbe a la persona. Muchos son los empleados que están pendientes de los indicadores que ellos mismos han ideado para poder evaluar la situación puntual en la que se encuentra la empresa. Siguen con esmero la evolución de las relaciones con el jefe y con los compañeros. Están totalmente al corriente de los comentarios de interés e incluso de las comidillas del “radio macuto”. Su objetivo se basa en que con toda esta información puedan lograr que las decisiones fatales no les pillen desprevenidos.
Por otro lado, desde que se abriera el plazo de presentación de las candidaturas para cubrir las 4.725 plazas de empleo público, convocadas el pasado enero, se han presentado más de 78.400 solicitudes. Es decir, 16,6 personas quieren optar por una plaza. Además, hay un hecho constatado y es el fuerte aumento de tráfico a “sites” especializadas en oposiciones para acceder al empleo público. Los puestos ofertados por las empresas ofrecen tal inquietud y desencanto que parece que los profesionales sueñen con llegar a ser funcionarios en el futuro.
Lo tienen muy difícil los directivos de las empresas para poder atraer y retener a los mejores profesionales. A las dificultades de antaño, la retribución, la motivación, el desarrollo profesional…, ahora se añade una más que tiene una fuerza, a veces irresistible: el miedo. El miedo a perder el trabajo y, con él, los recursos para continuar viviendo, para sentirse útil, para mantener la autoestima, para… Este miedo todavía es más lacerante cuando la persona ha llegado a cierta edad y observa cómo sus posibilidades de encontrar un nuevo empleo son cada día más difíciles. Es inmoral aprovecharse del miedo para conseguir cosas que perjudican al trabajador.
Hoy más que nunca los directivos deben buscar que sus empleados aumenten su grado de empleabilidad. Este es el único camino, alternativo a pertenecer a la Administración, del que puede disponer el afectado para combatir con éxito una situación de paro y continuar estando activo en el mercado del trabajo.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el personal”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.