Los stocks y las preocupaciones del responsable financiero
Al departamento de finanzas siempre le preocupan los stocks. Veamos algunos aspectos de los mismos que están en el ojo del huracán de la dirección financiera de cualquier empresa.
- La necesidad de obtener recursos líquidos. Hay una cuestión de Perogrullo: los pagos se deben realizar con dinero. Los proveedores y el personal difícilmente van a admitir recibir stocks como cancelación de los créditos otorgados y de las pagas devengadas. Cuando el financiero observa que se acercan los vencimientos y constata que los pagos a realizar van a ser superiores a las disponibilidades líquidas que tiene, le aseguramos que sufre una fuerte tensión y una gran preocupación. Máxime cuando detecta que esta crítica situación de tesorería ha estado desencadenada por unas compras desafortunadas o por un desajuste entre las ventas y la producción. Los hechos están ahí y las consecuencias pueden llegar a ser fatales. Llegado a este punto, el financiero se ve imposibilitado de corregir, de una forma directa, esta situación. Tendrá que lidiar por otros derroteros más arduos y de consecuencias más inciertas.
- La exigencia de rebajar los costes financieros. Lo primero que se debe hacer para que esta exigencia de reducción se convierta en una realidad es bajar el endeudamiento. A veces, por culpa del exceso de stocks que drena la tesorería, a lo único que se puede recurrir es a aumentar dicho endeudamiento mediante la obtención de créditos ya sean bancarios, o bien del proveedor aumentando el plazo de pago de sus facturas. Este tipo de operaciones no son gratuitas tienen sus costes que ofrecen una mayor dificultad en el camino de la necesaria competitividad. Algunas empresas caen en el señuelo de creer que estos costes son ridículos, máxime teniendo el tipo de interés tan bajo. Por desgracia esto no es cierto, vean sino los cargos bancarios que, por todos los conceptos, está recibiendo la empresa. Ya no digamos los costes ocultos en los que podemos incurrir por parte de de los proveedores a los que les hemos aplazado algún vencimiento.
- La lacra de la obsolescencia. Ésta tiene consecuencias maléficas en la cuenta de explotación. Más tarde o más temprano todos los productos que no van a poder salir al mercado en forma de ventas, se deberán regularizar, a no ser que podamos reciclarlos y aprovecharnos internamente de los mismos. La cantidad resultante de la regularización aparecerá como gasto en la cuenta de resultados, pudiendo llegar a generar unas pérdidas de importancia.
- Los costes inherentes a los stocks. Existen costes específicos y asociados a los stocks que, en gran medida, varían de forma proporcional a su volumen físico o a su cuantía económica. Recordemos los mismos: los gastos financieros, los seguros, el almacenaje, los derechos aduaneros, la vigilancia, el mantenimiento, los movimientos interiores y las posibles manipulaciones, etc. Todo esto va a perjudicar la rentabilidad de los productos. Recuerde: a más stock, más gasto.
- Las pérdidas de ventas. Duele mucho ver cómo no se logran pedidos, o lo que es aún peor, cómo los anula el cliente porque no se tiene el género o el plazo de entrega es excesivamente dilatado. Lo más perjudicial suele venir después cuando se observa que clientes de importancia por su volumen de compras, que habían sido fieles a la empresa, están ahora engrosando las filas de clientes adictos a la competencia, quedándonos nosotros sin sus preciosas compras.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “los stocks”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.