¿Se puede liderar sin utilizar el miedo?
El miedo es un elemento muy común en determinados estilos de liderazgo. Están anclados en una lógica de carácter militar que erige el castigo como motor de acción. Si ha conseguido mantenerse a lo largo de los años es porque el ejercicio de una dirección coercitiva puede facilitar logros empresariales tales como el rendimiento inmediato o la disciplina grupal.
Las empresas que abusan de la dialéctica del miedo tienen muchas probabilidades de acabar sufriendo las tres grandes contraindicaciones de los métodos represivos:
- Se produce un gran freno a la innovación, al instalarse un sentimiento de temor al fracaso que lastra cualquier intento de cambio.
- Se hace mucho más difícil el desarrollo profesional, entendiendo que la amenaza constante provoca el progresivo empequeñecimiento de los empleados.
- Se agrava el problema de la fuga de talento, ya que las personas más valiosas prefieren alejarse de los entornos tóxicos.
Los líderes que basan su labor en el miedo no acostumbran a reconocerlo, pero existen cinco características que nos pueden ayudar a identificarlos. Veamos:
- Tienen una especial predilección por enseñar a su manera. No, que les enseñen.
- Construyen clasificaciones reduccionistas de su entorno, eres amigo o enemigo.
- Hacen constantes referencias a sus méritos, para apuntalar la autoestima.
- No tienen interés en explorar nuevas ideas, ya saben todo lo que quieren saber, han nacido enseñados.
- Son adictos a las varas de medir, así sienten que tienen el control.
El directivo que no utiliza el miedo a la hora de dirigir tiene la importante ventaja de disponer de un equipo que está a su lado por convicción y lo ampara. Algunos incautos consideran que su dirección es débil, pero no se dan cuenta que atesora el verdadero poder del liderazgo.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “las habilidades directivas” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.