Las razones para cotizar en el mercado bursátil

Todas las empresas que actualmente cotizan en Bolsa en su día hicieron el clásico análisis de ventajas e inconvenientes. Su decisión fue clara, pesaban más las ventajas que los inconvenientes. Vamos a echar un vistazo a las posibles razones por las cuales una empresa decide entrar en el mercado bursátil.

• Mayor enriquecimiento de los accionistas actuales. Toda salida a Bolsa coincide con una venta importante de las acciones emitidas. Según cuál sea el precio de salida, que se procura que sea el máximo posible, las plusvalías de los accionistas que venden pueden ser muy suculentas. La historia está repleta de ejemplos. Recientemente en España había bastantes empresas a punto de salir, pero estaban esperando el momento más idóneo. Sus accionistas estaban bastante impacientes ante las expectativas de pingües ganancias.
• Liquidez. Los inversores disponen de un mercado transparente y natural al que pueden acceder en todo momento para desprenderse de sus acciones. Todos conocemos los complejos trámites y las situaciones de inferioridad o de indefensión cuando un accionista necesita desprenderse de un paquete de acciones de una empresa que no cotiza en Bolsa ni dispone de una sistemática de valoración y compra – venta.
• El control de la compañía. Según el porcentaje de acciones que se pongan a la venta puede haber una pérdida del control político de la compañía. Todos hemos oído hablar de tiburones y de Opas hostiles. Si se logra atomizar al máximo al accionariado, en menores peligros incurrirá la compañía.
• Obligación de información y de transparencia. Muchas empresas aún están en la fase del oscurantismo Se resisten a facilitar datos, sienten un miedo atroz a que su información salga del círculo preestablecido de privilegiados. Los motivos de estas actitudes son variopintos. Cuando una empresa ha decido pasar de este tipo de situación a la de la transparencia, personalmente nunca he visto que haya sucedido algo irreparable, al contrario, se ha considerado lo más normal del mundo.
• Medio de financiación. Para financiar los nuevos proyectos una empresa normal sólo puede acudir a las entidades de crédito o a la autofinanciación. Todos sabemos que ambas tienen unas claras limitaciones. El estar en Bolsa permite afrontar estas inversiones por el amplio abanico que ofrece de posibilidades de financiación.
• Intercambio de acciones. Hay una posibilidad de entrar en la propiedad de otras empresas, proveedores o clientes, mediante el canje de acciones, sin necesidad de desembolsar dinero alguno. El hecho de cotizar en Bolsa elimina las fuertes discusiones para encontrar el valor de canje. La Bolsa ya lo tiene establecido.
• Bajada del endeudamiento. Todas las empresas deben tender a disponer de una estructura óptima de financiación. Hay demasiadas compañías que están excesivamente endeudadas con el riesgo y los costes que esto implica. Se puede bajar este nivel mediante la sustitución de deuda por capital.
• Publicidad. Este es un aspecto positivo, pero también negativo. En el valor de la acción influyen muchos factores y los psicológicos no están ausentes. Muchas veces este valor es lo que los técnicos llaman muy volátil y no refleja en absoluto la buena marcha de la empresa.
• Cotizar en Bolsa no es un proceso irreversible, pero deshacer lo hecho no es fácil. Uno de los caminos es el intentar suspender la cotización oficial, pero esto provocaría privar al inversor de solidez cosa que no admitirían los accionistas. Otra forma sería la compra por parte de la compañía de las propias acciones mediante “goteo” diario o la formulación de una OPA (oferta pública de adquisición).

En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “los recursos propios” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.

Feliz semana a tod@s.