El contable y sus competencias críticas
Uno de los objetivos más importantes de la contabilidad es facilitar una información que sirva para tomar decisiones eficaces. Para poder alcanzar este objetivo se precisa que la dirección de la empresa la dote de personas con conocimientos y competencias suficientes y con los medios adecuados. Esto es de Perogrullo pero, por desgracia, no siempre es así y vemos con asiduidad cómo existen empresas muy cicateras en este sentido y cómo se resienten sus resultados o se desaprovechan grandes oportunidades de mejora.
Para que una persona triunfe en el puesto de contable se requiere que, aparte de disponer de unos buenos conocimientos técnicos, sea poseedor de unas cualidades y de unos comportamientos que den cauce, que orienten y que estén siempre presentes orientando su trabajo. Es decir, que disponga de determinadas competencias. Las consideradas por los expertos como básicas o críticas para el conseguir el éxito en el cargo son las siguientes:
- Confiabilidad. La información que facilita es la precisa, sin errores que desvirtúen los hechos. Es fiable y cumplidor con los compromisos contraídos y con los plazos acordados.
- Honradez. No sólo en cuanto a la ausencia absoluta de engaño y dolo sino también en el abordaje de la laboriosidad y de las formas de afrontar y asumir las cargas de trabajo.
- Capacidad de auto-organización. Ser capaz de identificar las tareas críticas y marcar prioridades de ejecución. Planificar los trabajos a llevar a cabo. Ser rigurosos en su ejecución. Ejercer un control para valorar sus avances y retrocesos.
- Orientación a resultados. Luchar para conseguir e incluso superar los objetivos que le han sido fijados. Buscar siempre la excelencia en su trabajo. Practicar la mejora continua para el progreso profesional y su repercusión en la empresa.
- Capacidad analítica – comunicativa. Llegar a entender una situación compleja, disgregándola en sus partes. Saber identificar y valorar sus implicaciones. Comunicar a los interesados las consecuencias posibles y las acciones prácticas que se pueden implantar para una solución adecuada.
- Aprendizaje continuo. Buscarlo con una actitud abierta y flexible. Incorporar al quehacer diario los nuevos conocimientos y técnicas adquiridos que se consideran necesarios para la mejora de los resultados.
Hemos observado a contables que no reunían, en el grado mínimo necesario, alguna de estas competencias, y cómo por ello, desarrollaban su actividad de una forma deficiente repercutiendo negativamente en los intereses de la compañía.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “la organización contable”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.