Aspectos críticos que condicionan las inversiones
No tener bien atados algunos aspectos que vamos a trabajar ha llevado a determinadas compañías a incurrir en errores e ineficacias considerables, algunas de ellas irreversibles. Veamos cuáles son los mencionados aspectos más significativos.
Los criterios financieros
La decisión sobre las fuentes de información que nos permitirá evaluar los ingresos y los gastos para conocer el flujo de tesorería neta. Los análisis de sensibilidad y las variables de un mayor impacto en los resultados. Existen dos temas controvertidos. Por un lado ¿Cómo debemos tratar a las capacidades sobrantes que se utilizan en un proyecto de inversión?, por otro lado ¿Cómo evaluaremos los posibles incrementos indirectos de los gastos generales a causa de las inversiones? La polémica está servida, hay de todo como en botica. Unos pasan olímpicamente de estas cuestiones y, en el otro extremo, otros se emborrachan de números considerando múltiples probabilidades y complicando innecesariamente las cosas.
El célebre listón de la rentabilidad mínima. Si debe ser muy alto con el subsiguiente riesgo de ser inalcanzable o bien muy bajo y que sea un tremendo coladero. Por último, un tema: ¿Cómo vamos a financiar la inversión? Es importante la elección del medio de financiación, si por autofinanciación, por créditos bancarios a largo plazo, o créditos del proveedor, o bien por leasing o renting, etc.
Los recursos no financieros
En principio cuando hablamos de recursos no financieros nos estamos refiriendo a las personas, la información, los medios (productivos, tecnológicos, comerciales, logísticos y administrativos). Con referencia a estos recursos cabe analizar los siguientes aspectos: ¿Hasta qué punto se minusvaloran los recursos que se precisan para afrontar la inversión? Siguiendo el pensamiento de Murphy todos creemos que aquello es fácil y se puede llevar a cabo con pocos medios. La realidad siempre desmiente estas elucubraciones. Al final aparecen múltiples complicaciones que repercuten en los medios y sus costes, los plazos o la calidad.
Otra actitud es la de sobrevalorar los recursos disponibles. Expresiones del siguiente estilo corren de boca en boca: “somos muy capaces”, “disponemos de todo lo necesario” “con un poco más de esfuerzo lo vamos a lograr”. Bien, los efectos de estas actitudes son similares a los descritos en el párrafo anterior. Hay una pregunta que revoletea por el aire ¿existen, en volumen y calidad, los recursos que se necesitan? A continuación cabe otra cuestión, ¿Dónde están, qué aportan, qué pasará si estos recursos se distraen para utilizarlos en otras aplicaciones? ¿Estos recursos son críticos para el éxito o el fracaso del proyecto?
Los criterios cualitativos
Debemos considerar los impactos que cualquier inversión puede tener sobre las personas. Cuántas veces existen variaciones en los puestos de trabajo o en las formas de trabajar. No se debe olvidar la importancia de dar formación y confianza a las personas para que se acomoden totalmente al nuevo puesto o a su nueva configuración.
Otro aspecto significativo es el impacto de la inversión sobre el desarrollo futuro de la compañía. ¿Esta inversión va a limitar nuestro desarrollo? ¿Si invertimos o no, vamos a llegar tarde? Cuando detrás de una inversión hay un producto nuevo para el mercado, ¿hasta qué punto este producto canibalizará a los demás? ¿Será rentable la operación a corto y largo plazo? Estos son aspectos estratégicos de capital importancia para las empresas y deben estudiarse y contestarse de la mejor forma posible.
En la vida empresarial existe un fenómeno de importancia al que se le denomina los costes de oportunidad. Los recursos son limitados y cuando se utilizan en algo dejan de estar disponibles para su utilización en otra cosa. El eterno problema de los directivos es colocar, en cada momento, lo recursos en las actividades más lucrativas o de una mayor aportación. Es importante estar seguros de que la inversión va a optimizar los recursos que deberá consumir.
¿Qué le pasará a la empresa si la inversión propuesta no se lleva a cabo? Se debe hacer un esfuerzo para detallar los riesgos en los que podemos incurrir, tanto si la llevamos adelante como si la posponemos o la abandonamos.
Ante una decisión de inversión no debemos olvidar las actitudes de los directivos que la deben implantar. La ilusión y el entusiasmo que sienten ante ella, a veces puede ser más determinante que los propios números. Cuántas veces hemos visto proyectos con buenos números pero en los que no confiaban los directivos y cómo se han ido al traste. Y también al revés, inversiones con unos números muy ajustados pero en las que había una importante carga de ilusión y muchas ganas de que fuesen un éxito para la compañía, y se han convertido en un gran logro. En muchas ocasiones las personas que presentan un proyecto de inversión, por sí mismos, ya son una garantía porque creen en él, lo saben vender entre “bambalinas”, ejercen una especie de labor de “lobbying”, y consta de una forma palmaria y concluyente de que no han recurrido a la manipulación de los datos para que se apruebe el proyecto.
Pasemos ahora a comentar algunos aspectos que condicionan el desarrollo de la inversión.
¿Has qué punto es flexible y reversible el proyecto de inversión? ¿Qué pasará si se cancela? ¿En cuánto o para qué lo podemos aprovechar si se cancela? ¿Qué pasará si esperamos que se muera por sí solo?
¿Cuál será el coste si fracasa? ¿Podremos asumir un coste de esta entidad? ¿En qué riesgos se incurre si se malogra el proyecto? ¿Se deberán hacer esfuerzos titánicos para corregir los efectos de los riesgos?
¿Se mantendrán los resultados de las previsiones, sobre todo los ingresos? ¿Hasta qué punto pueden caer estas previsiones? ¿De qué alternativas disponemos para hacer frente a estas posibles desviaciones?
¿Qué nos puede suceder si cambia el mercado? ¿Qué haremos con las empresas que nos imitan y provocan una gran rivalidad en el sector? ¿Qué alternativas tenemos si el producto fruto de la inversión se convierte rápido en obsoleto al salir otros sustitutivos de mayores prestaciones? Y por último ¿qué pasará si se dan cambios en la demanda o en el crecimiento que ralentizan el consumo?
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el inmovilizado”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.