El drama de encontrar trabajo después de los 50
En un mundo laboral en constante evolución, la búsqueda de empleo puede ser un desafío en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, para muchas personas que superan los 50 años, este desafío se convierte en una verdadera lucha, continua y muchas veces sin obtener ningún resultado fructífero. Es la triste realidad de aquellos que se sienten “silenciados por la edad” en su búsqueda de trabajo y las dificultades que enfrentan en el mercado laboral actual.
Existe una realidad que no podemos obviar, la edad como barrera, ya que para muchos empleadores la edad se ha convertido en una barrera invisible pero poderosa a la hora de contratar nuevos talentos. A menudo, se asocia la juventud con la innovación y la adaptabilidad, mientras que los trabajadores mayores pueden ser percibidos como menos dispuestos a aprender nuevas tecnologías o adaptarse a cambios rápidos. Esto lleva a una situación en la que los candidatos talentosos y experimentados son pasados por alto debido a prejuicios basados en la edad. Es un dato relevante que el 85% de los CV se descartan simplemente por la edad. Lo más preocupante no es que más del 15% de los parados son mayores de 50 años, sino que según los datos de la EPA, seis de cada diez desempleados mayores de 55 años llevan 12 meses o más en esta situación. Se ha llegado, incluso, a la cronificación extrema, ya que el 43% de estos parados llevan más de cuatro años sin tener otra oportunidad.
Paradójicamente, la experiencia laboral acumulada durante décadas puede convertirse en un obstáculo. Algunos contratantes suelen temer que los trabajadores más experimentados exijan salarios más altos o no estén dispuestos a asumir tareas de nivel inicial, o puedan tener problemas para encajar con una plantilla más joven, o incluso llegar a tener un mayor absentismo debido a problemas de salud. Esta percepción puede hacer que los empleadores opten por candidatos más jóvenes, a pesar de que los trabajadores mayores a menudo están dispuestos a adaptarse y contribuir al éxito de la empresa.
Este desempleo crónico, es decir, el desempleo a largo plazo es un problema común para muchas personas mayores de 50 años. La falta de oportunidades de empleo y la sensación de que no se les valora pueden llevar a una espiral descendente en la autoestima y la salud mental de quienes están en esta situación. Además, la falta de ingresos puede poner en peligro la seguridad financiera de aquellos que se encuentran cerca de la jubilación. Es imperativo abordar esta cuestión de manera integral. Las empresas deben reconocer el valor de la diversidad en el lugar de trabajo, incluyendo la diversidad generacional. Los programas de formación y desarrollo que incluyan a trabajadores mayores pueden ayudar a superar la brecha tecnológica y mantener a todos los empleados actualizados.
Los gobiernos y las organizaciones también deben desempeñar un papel crucial mediante la promulgación de políticas de no discriminación por edad. Deben desarrollar medidas más prácticas, y más directas, como algunos apuntan el curriculum ciego, es decir que no conste la fecha de nacimiento, o bien dotar de estímulos de todo tipo para hacer atractiva la contratación de personas de este colectivo.
La discriminación por edad y los prejuicios en el lugar de trabajo son desafíos que deben ser enfrentados y superados. Es hora de reconocer el potencial y el valor que los mayores pueden aportar y brindarles las oportunidades que merecen, ya que son trabajadores que pueden aportar a la empresa, experiencia, lealtad, y estabilidad. Son muy colaborativos, y tienen grandes habilidades para resolver problemas, y gestionan mejor las emociones, creando un buen ambiente de trabajo.
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Feliz semana a tod@s.