El triángulo del talento
En las empresas pululan los directivos sorpresa que parecían unos excelentes profesionales en el momento de su contratación pero que derivan en la mediocridad con gran sorpresa de sus compañeros. Son líderes que, a pesar de contar con buenas cualidades profesionales, no consiguen los resultados que se espera de ellos.
Es sencillo identificar las causas de una mala gestión ya que casi siempre acaban saliendo del mismo sitio: el triángulo del talento. Éste explica que la dirección de cualquier proyecto requiere de tres dimensiones interconectadas: técnica, liderazgo y estrategia. Si alguna falla el triángulo se desmorona.
La dimensión técnica se refiere a los conocimientos adquiridos sobre la materia que se debe pilotar. En este sentido, es obvio que tener sabiduría en la parcela asignada va a favorecer la obra, ya que dirigir implica tomar decisiones. Siempre será más fácil acertar si existe un dominio técnico de los procesos. Se debe tener en cuenta dos características de los conocimientos: se pueden adquirir y no garantizan una buena gestión.
La dimensión de liderazgo abarca todas las competencias relacionadas con la gestión de los equipos. Se trata de ser un buen director de orquesta, para que todas las personas sepan lo que tienen que lograr y puedan desarrollar al máximo su potencial. Es la habilidad de saber satisfacer las necesidades profesionales de cada individuo y, al mismo tiempo, exigir un alto rendimiento colectivo. Aunque esta destreza es menos tangible que los conocimientos técnicos, la mayoría de las empresas entienden que es el factor determinante en el éxito de cualquier proyecto.
La dimensión estratégica tiene que ver con la capacidad de alinearse con la organización, hablar el mismo lenguaje y perseguir los objetivos comunes. Asimismo, hay que tener astucia para establecer lazos relacionales con todas las partes de la organización que pueden influir en el desempeño de la labor. Liderar no es acercarse únicamente a los compañeros con los que hay afinidad, sino que implica entenderse también con los que no irías nunca a tomar una cerveza. Porque ya lo dice el refranero: “Si quieres ir rápido, camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”.
Un directivo puede, y debe trabajar, el triángulo del talento y mejorar sus competencias si quiere alcanzar los éxitos esperados.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “las habilidades directivas” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.