¿Debemos salvar a las empresas zombis?
Son aquellas que, según el Banco de España y los principales expertos económicos, sus recursos no llegan para devolver la deuda que tienen, ni tan siquiera hacer frente a los intereses de sus préstamos. Salvarlas, según ellos, es un auténtico disparate. El dinero que llega de Europa no puede destinarse ni a subir las pensiones ni a salvar las empresas quebradas. Estos recursos se deben destinar a impulsar la reconstrucción y a crear un modelo económico más productivo que el actual que está basado en el turismo y en la construcción.
Sorprende que el Gobierno haya decidido rescatar a la compañía Plus Ultra con 53 millones de euros, el 83 % de su facturación. Una línea aérea que apenas es el 0,1% del mercado y proviene de la quebrada Air Madrid. Antes de que la pandemia irrumpiera ya perdía 2,1 millones de los 63,5 millones que facturaba.
Desde que hizo su aparición el Covid, el ejecutivo ha llevado a cabo 26 polémicos y multimillonarios rescates. Desde Abengoa, Celsa, Duro Felguera hasta Air Europa, Hesperia, Ávoris o Airtificial. Algunas tienen un puntual problema de liquidez derivado del cierre de sectores como el turismo, los viajes, el ocio o la hostelería. Pero hay otras que simple y llanamente no son viables y a las que se mantiene de una forma artificial por intereses políticos, sociales o regionales.
Para evitar el aumento del desempleo, el Gobierno ha ido sacando instrumentos de respiración asistida. Primero fueron los ERTE, después llegaron las quitas para las empresas que habían solicitado créditos al ICO, y han continuado con las ayudas directas para darles liquidez, sin olvidar la moratoria concursal hasta el 31 de diciembre. Estas medidas tienen sentido para empresas viables que sufren una coyuntura difícil derivada del frenazo de su actividad. El problema es que se está metiendo en un totum revolutum las que son viables y las que ya no lo eran mucho antes de la pandemia.
Según el Banco de España hay 220.000 empresas que se podrían calificar como zombis ya que no generan recursos ni para poder pagar a sus proveedores. Son el 6,2% de las empresas activas. Impedir que el mercado depure a las empresas que no son rentables es un gravísimo error, ya que acabarán contaminando a toda la economía.
Así sucedió durante la crisis financiera del 2008. El Ejecutivo de Zapatero empezó salvando a los bancos zombis que eran la mayoría de las cajas de ahorros. Debían mucho más de lo que valían. Se recurrió a la estrategia del parcheo, ayudas aquí y allá, evitando que fuera el mercado quien depurase las buenas de las malas. Al final, el sistema financiero español tuvo que ser rescatado por la UE con un crédito de 100.000 millones de euros. Y pasó lo que tenía que haber pasado: todas las cajas y bancos que no eran viables desaparecieron, pero con un altísimo coste para las arcas públicas españolas. Todavía nos queda por resolver la Sareb, el llamado banco malo.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “la organización general de la empresa”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.
(Nota: Texto tomado de M. Guindal, de La Vanguardia)