Seducir y entretener el talento
La condición humana tiene una tendencia probada a sobrevalorar el pasado y subestimar el presente. Nos creemos que lo de ayer era mejor porque hacemos una revisión idealizada de los acontecimientos.
Ahora que tanto se debate sobre la falta de talento en las organizaciones y la dificultad de contratar a profesionales cualificados es habitual escuchar argumentaciones ancladas en este sesgo cognitivo. Personas que en algún momento han sido jóvenes, con sus consecuentes dosis de rebeldía, ilusión e inconsciencia, se juntan ahora en corrillos de análisis jurásicos para determinar que la juventud actual no valora el trabajo, es poco comprometida y carece de disciplina. Hipótesis simplificadas que suele acabar con la madre de todas las sentencias: “estas cosas antes no pasaban”.
Pero la verdad es que sería un milagro que la especie humana hubiera cambiado tanto en tan poco tiempo. Lo más probable es que los jóvenes de hoy sean muy parecidos a sus generaciones anteriores. Así que para encontrar las causas de fenómenos como la gran dimisión (más de 40 millones de norteamericanos dejaron su trabajo en un año), o el burnout (el 40 % de los españoles asegura estar quemado en su empresa), quizás sea mejor abandonar las teorías evolucionistas y centrarse en aquellos elementos que las organizaciones pueden mejorar.
Más allá del sueldo y la conciliación, que siguen siendo los aspectos más valorados por los trabajadores de todas las edades, existen otros factores determinantes a la hora de consolidar equipos de alto rendimiento. Veamos algunos:
- Es conveniente romper con los paradigmas de gestión que hablan de captar y retener el talento. Y es que el talento no se capta, se seduce. Del mismo modo que no hay que retenerlo, sino entretenerlo. Con esta visión se puede construir una organización que sea atractiva para los jóvenes y que realmente se esfuerce en potenciar el desarrollo profesional
- El modelo de liderazgo es la piedra angular, ya que lo primero que necesita el talento para progresar es un buen acompañamiento de personas válidas, generosas y con espíritu de mentoría. Se necesitan directivos despojados de inseguridades y envidias, que disfruten dando alas a los jóvenes y se sientan partícipes de sus éxitos. Se requieren líderes muy humanos. Que informen, que confíen, que capaciten. De aquellos que de vez en cuando preguntan: “¿Cómo estás?”
- Incluir la gestión del talento como eje prioritario del plan estratégico poniéndolo al más alto nivel, como la rentabilidad, la digitalización o la sostenibilidad. Actuando así, lograrán estar en ventaja competitiva, ya que si en una cosa son mejores los jóvenes actuales es en que mucho más interiorizado el principio de: “no eres el trabajo que haces, eres la persona que eres”.
En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “las habilidades directivas” que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.
Feliz semana a tod@s.