Tener contento al accionista

21 octubre, 2015 0 Por JLHA

Nos estamos refiriendo a nuestro programa TO THE EXCELLENCE al que puede Vd. acceder desde aquí. En el cuestionario relativo a la “organización general de la empresa” existe la pregunta número 4 que reza:

¿La compañía en los últimos ejercicios ha obtenido unos resultados económicos satisfactorios para los accionistas?

Confiamos en que la respuesta que Vd. haya podido dar es un SI rotundo, sin paliativos. Esto le debe llenar de orgullo ya que en estos tiempos tan complicados y turbulentos lograr esta meta es algo rayano en la heroicidad. Estamos viendo a diario cómo van desapareciendo empresas y su mortandad se está manteniendo en unos niveles muy altos. Apena observar cómo compañías con “pedigree” y con muchas horas de vuelo en el mercado no pueden soportar las contrariedades y sucumben a las mismas. Cuántas energías, éxitos, ilusiones y patrimonios se van al garete sin que apenas se den cuenta. ¡Qué lástima!

Esta pregunta del cuestionario la consideramos crítica. Si se obtiene una valoración final de la totalidad de las cuestiones de excelente pero esta cuestión ha logrado como respuesta un NO, entendemos que la situación de la empresa es muy delicada. Veamos por qué.

Si los resultados no son los esperados, fíjese bien que no decimos que sean negativos, sino simplemente los esperados, los accionistas pierden la confianza en la empresa. O, para ser más precisos, en su director general y su equipo. Se suele tener paciencia ante unos resultados inesperados a la baja de un año en concreto e incluso se admiten casi todo tipo de justificaciones. Pero le aseguramos la pérdida de confianza si los resultados no mejoran en los próximos ejercicios tal y como se espera. En ciertas empresas ello ha comportado la destitución de su dirección, lisa y llanamente. Sabe Vd. muy bien que el dinero es huidizo, cobarde y no se caracteriza precisamente por tener paciencia y esperar mejores resultados.

Una empresa que tiene a sus accionistas descontentos por los resultados obtenidos, pocas perspectivas de futuro va a tener. No apostarán por ella. Si precisa financiación, ya sea para nuevos proyectos o para cubrir el déficit de la tesorería, no van a mover ni un dedo para facilitarla. Van a preferir perder lo que han invertido, antes de aumentar la pérdida por la nueva aportación.

Los americanos lo tienen muy claro cuando aseveran que el objetivo primordial de la empresa es tener contentos a sus accionistas. Nosotros sólo conocemos un camino para lograrlo: generar un beneficio tal que permita pagar unos dividendos adecuados y hacer que el valor de la acción suba año tras año.

Feliz semana a tod@s.