¿Qué es mejor endeudarse o autofinanciarse?

24 marzo, 2017 0 Por JLHA

Ante una fuerte inversión en inmovilizado muchas empresas se preguntan cuál es la mejor financiación, pedir un crédito o hacer una ampliación de capital.

Muchos opinan que lo mejor es atraer recursos propios mediante aportaciones de los accionistas actuales o nuevos. Así, creen que se reduce el endeudamiento, la empresa es más solvente y esta forma de proceder la ven con muy buenos ojos las entidades financieras. Nadie duda de que esta política conlleva a que la empresa esté más saneada y se encuentre más fortalecida ante los avatares de los ciclos económicos. Pero nos vemos obligados a puntualizar que, si utilizar la autofinanciación implica quedarse sin recursos propios para afrontar el día a día, será mejor recurrir a la financiación externa.

Si la empresa quiere mantener la rentabilidad que está obteniendo sobre sus recursos propios, una ampliación de capital la obligará a lograr un beneficio adicional que, en algunos supuestos, va a ser muy difícil conseguirlo. Puede que, ante esta situación, los socios retiren su confianza en la compañía y no estén dispuestos a continuar, desprendiéndose, incluso, de su participación. Aparte, el enrarecimiento del ambiente social que una situación de este estilo conlleva.

También es bien cierto que, si las cosas le van mal a la empresa y tiene que liquidarse, contra más recursos propios tenga la compañía, por desgracia y así lo demuestra la experiencia, más dinero perderá el accionista. No hablemos del riesgo que corren los administradores si los recursos propios de la compañía están por debajo de la mitad de la cifra de su capital social. Deberán responder con sus bienes personales de las deudas de la empresa.

Ya vemos que la autofinanciación no es tan buena y deseable como algunos gurúes aseguran. También veremos ahora cómo la utilización del endeudamiento tampoco es necesariamente tan mala.

Es posible que una ampliación de capital haga variar la participación en el control de la compañía. El accionariado va a exigir una variación de acuerdo con el nuevo status societario. Con un endeudamiento este problema no aparece ya que los acreedores lo único que exigen es la devolución del crédito en los términos pactados y el abono de los intereses acordados.

Ante la decisión de recurrir al endeudamiento, hay un punto que lo consideramos crítico. Es un pequeño detalle, pero de capital importancia: hay que devolver el dinero recibido. Por ello, es necesario efectuar un cálculo objetivo y realista que nos permita asegurarnos que los beneficios netos que genera la inversión colmarán holgadamente las necesidades de devolución, en su día, de los capitales recibidos. Esto es muy importante. Debemos ser muy escrupulosos y no dejarnos llevar por la improvisación, o lo que es peor, por el “ya nos saldremos adelante”. Conocemos demasiadas compañías que no resolvieron bien este tema y ahora ya no existen. La financiación de la inversión fue su tumba.

Con el endeudamiento se logra que los accionistas aumenten su rentabilidad, siempre y cuando los beneficios de la inversión sean superiores a los gastos financieros ocasionados por los créditos recibidos. No nos engañemos, la autofinanciación no es gratis. Su coste se corresponde con los dividendos que obtiene el accionista por su inversión, en la compra de acciones. Cada empresa debe comparar este coste con el interés pagado al prestamista y decidir según la conveniencia económica. Para la fijación del tipo de interés se está en una concurrencia de mercado.

En función de cuales sean las necesidades monetarias de la compañía, de su capacidad para afrontar el pago de la financiación ajena, de su atractivo para captar potenciales inversores y de la resistencia al riesgo por parte de los propietarios, la empresa optará por uno u otro sistema de financiación. Es muy posible que la compañía considere que lo más prudente y plausible sea hacer un mix, es decir combinar ambas formas: algo de autofinanciación y algo de endeudamiento.

En FFACT, en el apartado TO THE EXCELLENCE encontrará un interesante cuestionario de 40 preguntas sobre “el exigible a largo plazo”, que le ayudará a reflexionar sobre este importante tema.

Feliz semana a tod@s.